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lunes, 16 de febrero de 2015

Mareos y vértigos, algo a evitar


Los desajustes en las vértebras cervicales afectan al flujo normal del sistema nervioso y el riego sanguíneo




Dolor de cuello: fuente de mareos y vértigos

Los mareos son uno de los síntomas más habituales entre la población y se vuelven más frecuentes con la edad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mareo se presenta en más de la mitad de la población mayor de 65 años y constituye la tercera causa más común de consulta en pacientes ambulatorios (la primera causa en el caso de los mayores de 75 años), tras del dolor torácico y la fatiga. En muchos casos no es simplemente un malestar pasajero, pues la mayor parte de estos pacientes (80%) requieren finalmente tratamiento sanitario para atajar sus síntomas. En las consultas de quiropráctica, los mareos representan también uno de los motivos de consulta más habituales.

El mareo es en realidad un concepto amplio, con sensaciones de desmayo, debilidad, pérdida de equilibrio, malestar o desorientación que pueden asociarse a múltiples causas (cardiovasculares, digestivas, psicológicas, golpes de calor, etc.). No obstante, se estima que la mitad de los pacientes que acuden a las consultas por mareos presentan en realidad síntomas de vértigo. Estos síntomas en muchos casos responden a trastornos neurológicos derivados de problemas mecánicos del cuello. Son los llamados vértigos o mareos cervicogénicos.

Para Carlos Gevers, presidente de la Asociación Española de Quiropráctica, “muchas de las personas que comienzan a sufrir vértigos no son conscientes de que el origen puede estar en un trastorno cervical y lo achacan a mareos pasajeros sin importancia. No lo asocian a problemas de columna ni acuden al especialista y el problema sigue ahí”. Sin embargo, cada vez son más los médicos de atención primaria o los especialistas que reconocen este posible origen en numerosos pacientes y les aconsejan ser atendidos por un quiropráctico.


Qué son los vértigos

El vértigo se manifiesta como una molesta sensación de giro o movimiento de la propia persona o de los objetos que le rodean, llegando a producir con frecuencia alteraciones en la visión, náuseas y vómitos. La duración del episodio puede variar desde unos pocos segundos a horas e incluso días en los casos más graves.

La patología del vértigo se localiza comúnmente en el oído interno o vestíbulo. En el vestíbulo existe un grupo de células muy sensibles a los cambios de posición y composición del líquido que ocupa sus conductos y membranas otolíticas (que contienen piedrecitas que se desplazan con los movimientos de la cabeza). Esta disfunción vestibular puede tener su raíz en la propia anatomía del paciente, sobre todo en ancianos, debido al envejecimiento de su aparato vestibular. También se asocia a infecciones, traumatismos o latigazos cervicales, y en muchos casos a trastornos del sistema nervioso. “El cuello es una zona muy delicada del cuerpo donde convergen vasos sanguíneos, nervios cervicales entrantes, nervios craneales entrantes y la porción superior de la medula espinal. Hoy sabemos que la posición de las vértebras cervicales superiores es empleada por el sistema vestibular como referencia clave para mantener y percibir el equilibrio. Un desajuste o subluxación en las vértebras cervicales superiores puede producir mareos por falta de flujo sanguíneo y alteraciones en las vías de conexión al sistema nervioso central, afectando al sistema vestibular y produciendo síntomas de vértigo”, explica Carlos Gevers.

El vértigo no es un problema grave de salud, pero sí muy molesto que suele generar angustia y ansiedad. “Antes de comenzar a abordar al paciente es fundamental reducir sus niveles de estrés y calmarlo, ya que el nerviosismo facilita más mareos y multiplica el problema”, señala Carlos Gevers.

El ajuste cervical

La mayoría de los casos de vértigo se resuelven con facilidad, indica Gevers. “Lo primero es acudir a un profesional para definir la causa exacta. Cuando llegan pacientes con síntomas de vértigo o mareos realizamos un examen completo y en caso de localizar la causa en un trastorno cervicogénico sobre el que podemos actuar, decidimos los tipos de ajustes que necesita para alinear sus vértebras y permitir un mejor flujo sanguíneo y estímulo nervioso”.

“Cuando el origen del vértigo es ajeno a nuestra competencia (infeccioso, traumático, efectos secundarios de medicamentos, etc.) lo derivamos siempre al especialista correspondiente”, aclara Carlos Gevers. “Necesitamos unas vértebras bien ajustadas para un movimiento cervico-cefálico óptimo, no sólo para que se puedan resolver este tipo de trastornos sino también para prevenir muchos otros. En caso de vértigos cervicogénicos es importante que la gente acuda con mayor frecuencia a especialistas de la columna vertebral, añade Carlos Gevers, ya que numerosos estudios avalan la efectividad e inocuidad de estas técnicas a la hora de abordar este tipo de dolencias relacionadas con la columna cervical"

Consejos tras un episodio de vértigo

En caso de padecer un nuevo episodio de vértigo, “lo mejor es recostarse o sentarse un rato con las cabeza entre las piernas. Y sobre todo tratar de relajarse y evitar ponerse nervioso o entrar en pánico. El quiropráctico además de realizar los ajustes necesarios, aconseja paralelamente al paciente sobre nutrición, higiene postural, ejercicios personalizados y descanso recomendado. Durante días el paciente debe llevar una vida tranquila y descansar lo mejor posible (reposo absoluto en casos agudos), buena alimentación, evitar el consumo de tabaco y alcohol y mantener una higiene postural sana que evite nuevos problemas de cuello y columna”, concluye Carlos Gevers.

viernes, 17 de octubre de 2014

Y de nuevo..a constiparse...o no?


Combatir el estrés ayuda a reforzar el sistema inmunológico del niño

Comienza la temporada de constipados con el estrés de la vuelta al cole


Llegó la vuelta al cole y con el otoño comienzan a sentirse los efectos de la temporada de resfriados y virus. Las escuelas, parques y otros espacios sociales se convierten en focos de contagio donde muchos padres ven con impotencia como sus pequeños sucumben a resfriados, gripes, gastroenteritis y otras infecciones virales sin determinar.

Estamos acostumbrados a asociar el cambio de temperatura que se produce en esta temporada como origen de los constipados pero, aunque el frío es un factor que facilita la infección, no es el único ni su desencadenante. Los virus no desaparecen en verano y reaparecen en invierno sino que están ahí todo el año a la espera de asaltar nuestras defensas.
El desequilibrio del sistema inmunológico se debe a factores diversos, entre ellos algunos que a veces no prestamos atención: la alimentación, el cambio de hábitos y sobre todo, según diversas investigaciones, al estrés.
 
 
 

El estrés afecta al sistema inmunológico
El sistema nervioso autónomo se compone del sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El primero se encarga de acelerar el corazón, la respiración, la tensión muscular y la presión sanguínea ante una respuesta física por una situación emergencia. Por el contrario, el sistema parasimpático hace de freno y devuelve al organismo a su estado normal. Si no funciona este mecanismo el estrés comienza a acumularse.
Una activación prolongada del sistema nervioso y endocrino tiende a producir efectos negativos en el sistema inmune, según afirma John Sheridan, profesor de la Universidad de Ohio (EE.UU.), autor de algunos de los estudios más extensos sobre efectos del estrés sobre el sistema inmune.
Por tanto es vital que nuestro sistema nervioso esté bien equilibrado. De esta forma el cerebro y el sistema inmune se comunicarán con fluidez y el organismo tendrá mejor capacidad de respuesta al estrés.
La vuelta al cole y el estrés
Después de un verano de ocio y diversión el niño sufre un choque emocional. Este impacto se debe un cambio de entorno que obliga a romper el vínculo con la familia durante buena parte de la jornada. Además, comienzan los nuevos ritmos, las prisas y las obligaciones escolares.
 
Si el pequeño siente un intenso rechazo, su actividad cerebral e inmunológica termina viéndose afectada y haciendo mella en su salud. Los mayores también padecemos este fenómeno con el llamado síndrome post-vacacional, pero los menores lo acusan especialmente y caen enfermos con mayor facilidad porque su sistema inmunológico está desarrollándose y resulta más vulnerable. En ocasiones el cambio de dieta que acarrea el comedor del colegio o una alimentación inadecuada se suman para debilitar aún más su sistema defensivo.
La Asociación Española de Quiropráctica (AEQ) recomienda que el niño mantenga unos hábitos saludables y un estado emocional libre de estrés. Para reforzar su resistencia al estrés aconseja entre otras medidas, acudir al quiropráctico.
La quiropráctica trabaja sobre la columna vertebral para corregir vértebras mal alineadas (subluxaciones vertebrales) que perjudican el funcionamiento del sistema nervioso, pues alteran la función de los nervios que emanan hacia todos los órganos el cuerpo desde la médula espinal.
Mediante precisos ajustes vertebrales el quiropráctico corrige estos desplazamientos vertebrales y devuelve al sistema nervioso su capacidad transmisora, libre de interferencias. A la vez, el ajuste quiropráctico alivia el dolor nervioso, restaura la movilidad de la columna, favorece la mejora postural y ayuda a aliviar las tensiones musculares derivadas del estado de estrés.
 
Consejos para combatir el estrés de la vuelta al cole
Entre las medidas de prevención del estrés, pueden adoptarse la siguientes recomendaciones:
- Transmita al niño que el colegio es un lugar atractivo y divertido, donde puede aprender y compartir un espacio con sus compañeros y amigos.
- Las horas de sueño son fundamentales para regenerar el cuerpo y la mente. Debe adoptar un horario que sea compatible con el nuevo ritmo escolar de forma que el niño no eche en falta horas de sueño.
- Alimentación sana y variada desde primera hora. Un buen desayuno cada mañana es fundamental para ir con energía al colegio.
- Hay que comer todo fresco y hecho en casa, evitando platos precocinados.
- Debe aumentarse el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales, fruta, frutos secos y cereales -ricos en zinc-, verduras frescas, legumbres y pescado azul -ricos en omega 3-.
- La vitamina D es fundamental porque participa en procesos tan importantes como la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio, imprescindible para el funcionamiento del sistema nervioso, los huesos y los dientes. Si queremos mantener los niveles adecuados de vitamina D hay que exponerse al sol y sus rayos ultravioleta. Para ello el niño debe jugar al aire libre, sobre todo en invierno, para mantener el sistema inmunológico a pleno rendimiento.
- Debe reducirse el consumo de azúcares, refrescos azucarados -entre otros efectos negativos bajan las defensas-, cafeína y grasas trans.
- Mucho ejercicio. Es sano para el organismo, sobre todo en la etapa de crecimiento y libera tensiones.
- Si el niño cae enfermo, lo mejor es que permanezca en casa hasta su recuperación para que tenga la oportunidad de fortalecerse antes de volver al colegio.
- Visitar al quiropráctico aunque no se presenten síntomas de enfermedad para cuidar la columna y el sistema nervioso.
 
 
Referencias bibliográficas destacadas sobre estrés y sistema inmune:
- *Paul Rosch, MD; John Sheridan, PhD; The American Institute of Stress; MEDLINEplus
-
  Khansari, DN; Murgo AJ, Faith RE (1990). «Effects of stress on the immune system». Immunology Today 11:  pp. 170–175. PMID 2186751.
-
  Segerstrom, S. C. and Miller, G. E. (2004). Psychological Stress and the Human Immune System: A Meta-Analytic Study of 30 Years of Inquiry. Psychological Bulletin, Vol. 130, No. 4.
 
 
Enlaces de interés
-Asociación Española de Quiropráctica (AEQ): www.quiropractica-aeq.com 
-Asociación Española de Usuarios de la Quiropráctica (AEUQ): www.aeuq.net 
-Laquiropractica.info (Web divulgativa de la AEQ): http://www.laquiropractica.info 
-Listado oficial de profesionales quiroprácticos acreditados en España:

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Septiembre, mes de nuevos planteamientos






Y llega Septiembre. Y otra vez igual...que si iré al gimnasio...que si empezaré una dieta...que si aprenderé inglés...Y otra vez en las noticias el mismo tema de la vuelta al trabajo, del fin de vacaciones....Ufff...¿No os resulta un poco cansino??
 
Nosotros desde el Centro Quiropráctico tenemos otro planteamiento. Otra forma de entender objetivos y prioridades. Y desde luego, otra forma de entender la salud.
 
Está claro que en algún momento hay que ponerse a comer bien si uno no lo hace. O que algún día tiene que ser el primero en que echemos a correr o nos montemos en una bici si uno está más parado que un árbol. En eso estamos de acuerdo. Pero...¿por qué tiene que hacerse, todos los años, como cada año, a principio de septiembre o a principio de enero? Al final lo que se consigue es crear como metas "obligadas" por la sociedad y por uno mismo por lo que ve alrededor y no metas reales.
 
Nosotros te planteamos el siguiente concepto. METAS REALES. Y a olvidarse de lo que dicen en la tele, de lo que dice tu vecino o de lo que se oye en el autobús. Nada. A olvidarse.
 
Cada uno tiene unos objetivos diferentes al resto. No para todos es igual de aconsejable que haga natación o que deje de comer entre horas. No para todos es igual de efectivo ponerse las zapatillas de correr o sudar haciendo spinning. Cada uno tiene su forma de ser, su fisionomía, sus particularidades y por tanto, se debe buscar la individualidad. Y así, seguro que uno encuentra cambios no se frustra.
 
Así que haz lo siguiente... Plantéate primero qué deberías cambiar, cuándo querrías hacerlo y cómo deberías llevarlo a cabo. Y pregúntate si puedes hacerlo tú solo o si necesitas ayuda. Si necesitas que alguien te eche una mano es muy fácil.

 A nivel físico acude a tus ajustes de forma regular. Sigue con el programa de cuidados especificado para tu caso y no olvides que cada ajuste se apoya en el anterior. Tu columna necesita tiempo para mejorar, y tu tejido blando necesita adaptarse a la nueva posición vertebral. La subluxación te resta energía y el ajuste te la devuelve, no dejes por tanto de venir puntual a tu cita.
 
A nivel deportivo piensa cuales son tus gusto personales. Por mucho que se te diga que hagas un deporte u otro, si no te gusta, no lo harás. Nosotros podemos darte un empujón y aconsejarte qué te vendría bien y qué no según tu patología o estado previo. Y teniendo en cuenta tus gustos. Hay muchas opciones y no es valido "el no tengo tiempo". Venga...a otro con ese cuento.
 
A nivel alimenticio las pinceladas básicas son por todos conocidos y también podemos darte consejos. Si tu caso requiere de otro profesional, búscalo o pregúntanos. Hay médicos endocrinos, nutricionistas ortomoleculares o dietistas varios a los que podemos recomendarte. Cada persona es diferente y por tanto las dietas universales no valen.
 
Y así con todo lo que quieras cambiar. A nivel emocional, a nivel de descanso, dejar de fumar...Siempre podemos ayudarte.
 
Y el momento de cuándo hacerlo dependerá también de muchos factores. Pospón tus cambios si en tu vida por diversos motivos estás en un momento complicado. No trates de hacer todos los cambios a la vez, ve paso a paso y meta a meta, y sobre todo, no olvides, que no estás solo.
 
Animo!!! y recuerda que no solo existe septiembre. También está octubre. Y noviembre.....